lunes, 5 de enero de 2009

¿POR QUÉ INGERIR POCA AGUA ES CAUSA DE TANTAS ENFERMEDADES?


Muy pocas personas ingieren hoy día la cantidad de agua que el organismo necesita para su correcto funcionamiento. Se trata de un elemento vital que no puede sustituirse con zumos, refrescos, colas, sodas, horchata, cerveza, vino, café, té o cualquier otra bebida. El agua no tiene sustitutivos válidos. Y el cuerpo necesita un mínimo de dos litros para realizar todas sus funciones corporales. No ingerirlos puede ser, de hecho, la causa de numerosas dolencias. El dato lo adelantamos ya en un reportaje anterior; en esta ocasión profundizamos en el asunto y explicamos por qué la falta de agua es causa de tantas enfermedades.

INTENTANDO CAMBIAR EL PARADIGMA MÉDICO
A partir de entonces este notable médico iraní dedicaría los siguientes años a investigar el papel que juega el agua -y, sobre todo, su carencia- en los distintos trastornos del metabolismo del cuerpo. Y a explicar a sus colegas sus descubrimientos para que supiesen que el origen de muchas
Enfermedades no es otro que una deshidratación crónica del cuerpo, es decir, una insuficiente ingesta del agua que el organismo requiere diariamente. Encontrándose -como tantos
Otros colegas que en su momento rompieron también los esquemas de lo establecido- con el escepticismo, la incomprensión e, incluso, el desprecio. Actitudes que caracterizan a los ignorantes... y a quienes, sabiendo que lo se dice es cierto, procuran que la información no se difunda para que no merme los multimillonarios ingresos de todos esos fármacos paliativos que, aunque no curan nada, abarrotan las estanterías de las farmacias de todo el mundo.

Él mismo lo narra en el prefacio de su libro Su cuerpo reclama agua a gritos en el que denuncia además que la estructura sanitaria actual sólo busca vender productos que los médicos saben que no curan nada y que recetan sólo porque se les ha hecho creer que no se puede hacer otra cosa y no hay solución para muchas de las enfermedades que tratan, la mayoría catalogadas por la Medicina de "etiología -o causa- desconocida". A fin de cuentas, los grandes laboratorios
farmacéuticos sólo investigan lo que puede producir beneficios... pero sin resolver la enfermedad. Porque toda enfermedad para la que se encuentra cura es una enfermedad que deja de producir beneficios a la industria farmacéutica. Y ésta lo que busca no es sanar a la gente sino ganar dinero con las enfermedades vendiendo paliativos.

Que una verdad tan simple no la entienda aún la gente -o no la crea- demuestra la fuerza de la propaganda y la publicidad. Lo que es posible por el silencio cómplice de los grandes medios
de comunicación. No es el caso de Batmanghelidj , desde luego, que también denuncia lo que en esta revista hemos dicho tantas veces: las facultades y escuelas de Medicina y los sistemas sanitarios de los principales países del mundo están manejados -unas veces abiertamente, sin disimulo, y otras de forma más discreta, desde la trastienda- por quienes controlan la industria
farmacéutica (que son los mismos que controlan la industria petroquímica y la armamentística). ¿Se empezará pronto a indagar sobre el alquiler de conciencias individuales e, incluso, la financiación de algunos partidos políticos en todo el mundo?


Batmanghelidj denuncia además la actitud -y la ignorancia médica- de la mayor parte de sus compañeros de profesión que terminan optando -dice- por "incorporarse al negocio". Y, sobre todo, la de los responsables de las principales instituciones sanitarias internacionales, especialmente las norteamericanas. De hecho, este médico desencantado de la mediocridad mental con que se ha encontrado en su deambular cuenta en el libro algunas de sus peripecias en ese sentido y cómo tanto la Asociación Médica Americana (AMA) como el National Institutes of Health (NIH) norteamericano decidían no aceptar siquiera un diálogo para valorar la veracidad de sus afirmaciones. Siendo una de las excusas para no entrar a debatir la cuestión que no había dinero para valorar si el agua puede prevenir o curar enfermedades. Fantástico argumento científico para decidir algo cuya demostración no requiere apenas inversión -se trata de dar simple agua alcalina - y que no entraña peligro alguno -el agua carece de efectos secundarios negativos.

Y es que lo que Batmanghelidj asevera es simple pero absolutamente revolucionario: asegura que ¡la mayor parte de las enfermedades las causa la carencia crónica de agua! Es decir, son consecuencia de no beber la suficiente cantidad de agua cada día (lo reiteramos: diariamente). Obviamente, buena parte de los lectores pensará que eso no puede ser verdad, que no puede ser tan sencillo. Y, sin embargo, Batmanghelidj no hace esa afirmación de forma gratuita: la fundamenta científicamente. Por eso no alberga la más mínima duda al afirmar con rotundidad que el agua alcalina ionizada es la mejor medicina natural para gran número de las llamadas enfermedades. Basta para constatarlo el hecho de que todas las funciones del organismo dependen del flujo de agua en el cuerpo. De ahí que lo que para muchos médicos es un "cuerpo enfermo" para Batmanghelidj no sea en muchas ocasiones sino un "cuerpo sediento" al que se puede devolver la salud dándole simplemente la cantidad de agua alcalina adecuada.

¿Tan difícil es de aceptar? Pues quizás le ayude recordar que el 75% de nuestro cuerpo es agua. Y que originariamente procedemos del mar. Es más, nuestra sangre tiene la misma composición que el agua de mar. Luego, ¿cómo va a costarnos entender que la deshidratación crónica puede provocar el deterioro -a veces de forma irreversible- de numerosas funciones orgánicas? ¿O es que desconocemos que los múltiples papeles químicos que se desarrollan en nuestro cuerpo son
Imposibles si no hay agua suficiente?
Los médicos, evidentemente, lo saben. Pero suelen olvidarlo cuando atienden a sus pacientes. O quizás sea verdad la afirmación de Batmanghelidj de que en realidad a sus colegas no se les ha explicado suficientemente los múltiples papeles químicos del agua en el cuerpo y que la deshidratación provoca a veces la pérdida de algunas funciones.

Pues bien, como quiera que cada función del cuerpo está regida y sujeta al flujo del agua se entenderá que el organismo la gestione muy cuidadosamente ya que es la única manera de garantizar que haya suficiente para que los nutrientes lleguen a todas partes y las distintas funciones bioquímicas tengan lugar. Obviamente, cuando eso no sucede, cuando no dotamos al organismo de suficiente agua, la que hay se destina a los órganos más vitales: cerebro, pulmones, hígado, riñones y glándulas tienen prioridad sobre músculos, huesos y piel en la distribución sanguínea. De ahí que si esa situación se mantiene durante largo tiempo haya órganos que puedan resultar afectados por la escasez:.

EL AGUA ALCALINA IONIZADA HIDRATA, LOS DEMÁS LÍQUIDOS NO
Quizás piense usted que si el organismo precisara realmente más agua... le "avisaría" haciéndole tener sed. Y es cierto. Pero no lo es menos que en esta sociedad consumista son muchas las personas que cuando tienen sed... toman líquidos, no agua. Es decir, beben zumos y refrescos industriales, aguas carbonatadas, colas, sodas, gaseosas, horchatas, granizados, cerveza, vino, leche, café, té, alcohol, etc. Y tales líquidos no son sustitutivos del agua natural. Porque todas esas
bebidas contienen agua, es verdad, pero en muchas los demás elementos que contienen son agentes deshidratantes. Es decir, cuando se ingieren el organismo elimina el agua que contienen... y mucha más. Y es que todos poseen una fuerte acción diurética. Entiéndalo bien pues: el único líquido que realmente hidrata el cuerpo es el agua alcalina ionizada.

Batmanghelidj lo explica con numerosos datos. Por ejemplo, ¿qué sucede si bebemos mucho café o bebidas que contienen cafeína, como el té o las colas? Pues que los estimulantes que contienen provocan una fuerte acción diurética y además actúan sobre el sistema nervioso central sobreexcitándolo y privando al cuerpo de su capacidad para formar energía hidroeléctrica. Además, el exceso de cafeína anula la formación de moléculas ATP -las encargadas de proporcionar energía al cuerpo algo que afecta sobre todo al cerebro y causar fatiga crónica y cansancio del músculo del corazón a causa de su excesiva estimulación.

Cabe añadir que la creencia de que la "boca seca" es el único signo de deshidratación del cuerpo es falsa. Esa señal es en realidad -siempre según Batmanghelidj- "el último signo externo de una deshidratación extrema". Es más, afirma con rotundidad que un cuerpo puede sufrir de deshidratación incluso aunque la boca esté totalmente húmeda. En suma, es importante prestar tanta atención a la cantidad y calidad de lo que se come como a la cantidad y calidad de lo que se bebe. A este respecto, el doctor Batmanghelidj afirma que igual que tenemos "dolor de hambre" tenemos también "dolor de sed"; y en este caso el agua es la única sustancia efectiva para aportar alivio. En esas situaciones lo que quiere el cuerpo, lo que necesita, lo que pide, es agua y sólo agua alcalina ionizada.

CUANDO EL CUERPO TIENE SED... LOS MÉDICOS LE DAN FÁRMACOS
El doctor Batmanghelidj asegura, en definitiva, que una deshidratación crónica causa muy diferentes síntomas: dolor, picor, inflamación, hormigueo, etc. Y que en dónde se
manifiesten éstos depende de la zona del cuerpo en la que la escasez de agua sea más evidente. Asimismo, asegura que cuando esa deshidratación es prolongada el problema en esa zona se
agrava y termina provocando una disfunción, una patología; lo que llamamos una enfermedad. El drama, según Batmanghelidj, es que a los médicos no se les ha explicado esta cuestión tan simple y sencilla y se dedican entonces a acallar esos síntomas -que no son en realidad sino las señales de sequía del cuerpo- con productos químicos. Un tremendo error porque no se ataca la raíz del problema y encima se intoxica el organismo con productos tóxicos que envenenan las células.
Para Batmanghelidj, pues, los dolores crónicos del cuerpo que no puedan ser explicados como una lesión o una infección deberían en primer lugar y sobre todo ser interpretados como señales de una reducción crónica de agua en la zona donde se localiza el malestar. Y esos dolores crónicos incluyen el dolor dispépsico (gastritis, duodenitis, úlcera péptica...), el dolor artrítico reumatoide, el dolor de angina, el dolor lumbar, el dolor de las piernas al andar, los dolores de cabeza -especialmente la migraña y los de la resaca- y las colitis. A su juicio, todas esas dolencias deberían tratarse sólo bebiendo abundante agua alcalina ionizada. No menos de dos litros y medio cada 24 horas durante algunos días. Los analgésicos lo único que hacen es ocultar la señal de deshidratación local y crónica del cuerpo.

"La nueva verdad científica -dice Batmanghelidj- es que es el solvente -el agua- quien regula todas las funciones del cuerpo, incluida la actividad de todos los elementos que disuelve y conduce". Agregando que el cuerpo necesita como mínimo entre 6 y 8 vasos grandes de agua al día. Deberíamos pues tomar diariamente uno o dos vasos de agua de 200 ml. nada más levantarnos de la cama, otro media hora antes de la comida y de la cena, y otro más dos horas y media después de cada una de ellas. Asimismo, se recomienda tomar entre dos y tres vasos más a lo largo del día.

¿CÓMO SABER SI ESTÁ DESHIDRATADO?
Como quiera que la "boca seca" no es sino el último síntoma, el que indica que el organismo ya no puede funcionar correctamente si no se le proporciona agua, le explicamos cómo saber si su cuerpo tiene sed según el doctor Batmanghelidj. Y es simple: fíjese en el color de la orina y compruebe si normalmente es incolora o ligeramente amarilla; si es así no hay problema. Ahora bien, si normalmente es amarilla oscura o, incluso, de color naranja usted se está deshidratando. Ese color oscuro significa que los riñones están trabajando duro para eliminar las toxinas del cuerpo y la orina está muy concentrada. Además, es verdad que los riñones tienen la habilidad de concentrar la orina pero esa capacidad no debe usarse en su estado límite como norma so pena de provocar daños en el riñón.
Batmanghelidj asevera también que cuando un cuerpo está deshidratado los procesos fisiológicos que se establecen son los mismos que cuando uno sufre estrés. Y es que la deshidratación es precisamente el principal estresante de toda materia viva.

EL PAPEL DEL AGUA
Batmanghelidj incide mucho en algo cuya importancia parecen ignorar -o no valoran en su justa medida- sus colegas: el hecho de que el agua no es simplemente el solvente, lo que llena el espacio entre la materia sólida (lo disuelto). La idea de que el cuerpo es como una gran "probeta" llena de sólidos de naturaleza diferente y el agua del cuerpo la materia que la envuelve pero cuyo papel es insignificante es un error tan grave que ha impedido comprender cómo funciona realmente el metabolismo. Aún hoy hay muchos médicos y científicos que siguen pensando que son las sustancias disueltas en la sangre y en el suero del cuerpo las que regulan todas sus actividades. Cuando, en realidad, sobre el agua -y sobre su papel en los procesos bioquímicos y bioenergéticos- no se ha sabido casi nada hasta hace muy poco tiempo. El hecho de que se trate de un componente abundante y normalmente fácil de obtener -la verdad es que no es así en muchos lugares donde el agua es un lujo- hizo que no se estudiara a fondo su papel y que no se tuviera en cuenta la posible implicación de su carencia en muchas enfermedades. Es decir, a quienes estudiaron inicialmente a fondo el funcionamiento de nuestro cuerpo se les escapó su importancia real y, sobre todo, lo que a nivel funcional implica su carencia continuada. Nadie, hasta Batmanghelidj, pensó que un organismo podía estar deshidratado y ser esa la causa de numerosos fallos o patologías. ¿Cómo iban a caer en ello si en el organismo el 75% es agua y ésta se encuentra en todas partes? No coligieron, sin embargo, que los líquidos con que mucha gente pretende apagar la sed e hidratarse... no sólo no cumplen ese cometido sino que además deshidratan, como ya hemos explicado. Y no cayeron en la cuenta tampoco de que precisamente porque el 75% del cuerpo es agua la importancia de que haya suficiente es aún mayor. El
cerebro, por ejemplo, está constituido en un 85% de agua.En suma, Batmanghelidj no duda de que la deshidratación crónica es en realidad la causa de buena parte de las llamadas enfermedades. Y argumenta que eso explica por qué la mayoría siguen siendo para muchos médicos y científicos de etiología o causa desconocida. Y por qué son incapaces de curarlas. "Basta consultar cualquier texto de medicina para comprobar que a la hora de explicar las causas de las enfermedades más extendidas todo es palabrería. Se utilizan centenares de páginas para terminar diciendo siempre lo mismo: etiología desconocida".

Hoy casi todos los tratamientos médicos, salvo las infecciones que se tratan con antibióticos o la cirugía reparadora, son paliativos. Los médicos no saben curar un simple constipado o una gripe pero tampoco las alergias, la hipertensión, el asma, las úlceras pépticas, la artritis, el Alzheimer, el Parkinson, la esclerosis múltiple, el cáncer... y así un sinfín de "enfermedades". "¿Cuándo entenderán mis colegas -se pregunta Batmanghelidj- que la mayoría de las llamadas 'enfermedades degenerativas' se deben muy probablemente a una deshidratación crónica? ¿No les basta para constatarlo mi éxito al tratar sólo con agua a más de 3.000 pacientes que padecían úlcera péptica? ¿Por qué no entienden que lo mismo pasa con otras muchas patologías?¿Se debe esa resistencia al hecho de que lo que postulo hace evidente que la práctica de la medicina clínica se basa en una hipótesis falsa y en una premisa inexacta?"
Conviene aclarar de nuevo que Batmanghelidj se refiere siempre a una deshidratación crónica, a la falta de agua de manera continuada en el tiempo. Y que, consecuentemente, bastaría ingerir la suficiente cantidad de agua diariamente para evitarla.
Debe entenderse, asimismo, que la falta de agua puede llevar a una situación de deterioro físico que impida revertir el proceso de degeneración causado por su carencia. Por tanto, si bien la ingesta de agua prevendría en principio la aparición de la mayoría de las enfermedades y puede detener los procesos degenerativos en marcha... cuando el deterioro es total no puede revertirse el problema de la misma manera que usted no puede recuperar una mano amputada. En cambio, sí puede detener el proceso degenerativo.
Obviamente, tampoco pretenda resolver su problema si padece un proceso degenerativo en diez días dedicándose a beber litros de agua. Se trata de rehidratar el cuerpo bebiendo agua alcalina ionizada suficiente cada día. No se equivoque. Como el lector puede comprobar, el asunto es importante. De ahí que entendamos que deba ser explicado con más detalle.

Como hemos comentado anteriormente, Batmanghelidj tiene fundamentadas científicamente sus aseveraciones y además las ha constatado clínicamente.


La afirmación del Dr. Fereydoon Batmanghelidj de que buena parte de las enfermedades -especialmente las degenerativas- la causa la deshidratación del organismo ante la carencia crónica de agua - no es una afirmación gratuita: está fundamentada científica y clínicamente. Y como quiera que es importante que la gente -y muy especialmente los médicos- conozcan la base de sus aseveraciones vamos a explicarlo más en detalles
Para que las múltiples reacciones químicas que se desarrollan en nuestro organismo sean posibles hace falta ingerir cada día suficiente agua. -el agua no es sustituible por otros líquidos- no sólo impide el correcto funcionamiento del organismo sino que puede provocar muchas patologías. El doctor Fereydoon Batmanghelidj explica en su obra "Su cuerpo reclama agua a gritos" -sobre la que se fundamenta este texto- que, de hecho, "la deshidratación crónica es el estresante principal del cuerpo y la responsable desconocida de la muerte de millones de personas. Considero que es la responsable de la mayor parte de fallecimientos por enfermedad, muy por encima de cualquier otra afección. Sin embargo, los arrogantes sistemas sanitarios de los países supuestamente avanzados no la consideran importante y siguen tratando a los enfermos con productos químicos en vez de con simple agua hasta que, al final, logran que aparezcan problemas de verdad". Batmanghelidj explica que cuando un ser humano -o un animal- se deshidrata el organismo reacciona aumentando la producción del neurotransmisor histamina a fin de regular la cantidad de agua disponible. Sólo que cuando eso sucede y la histamina y sus reguladores de agua subordinados son demasiado activos pueden aparecer alergias, asma y dolores crónicos en diferentes zonas del cuerpo, desde el dolor dispépsico hasta el artrítico reumatoide pasando por el de angina, el lumbar, el de piernas, la migraña, la colitis. Y es que aunque esos dolores se perciban en zonas localizadas en realidad están avisando de que hay deshidratación de todo el organismo. Saber esto es importante, especialmente entre los médicos. Porque si tales síntomas no se reconocen como avisos urgentes de que el organismo necesita agua... se puede entonces llegar a una deshidratación crónica que puede causar a largo plazo muchos e irreversibles daños. Y lo malo es que esos dolores raramente se interpretan como una señal de que el nivel de agua que el cuerpo precisa está bajo mínimos. Los médicos saben -porque los análisis así lo indican- que en el organismo hay exceso de histamina... pero lo que hacen normalmente es recetar antihistamínicos o bloqueadores de la histamina con lo que además de no actuar sobre la causa provocan encima efectos secundarios negativos. Cuando bastaría decirle al paciente que beba cada día suficiente AGUA ALCALINA IONIZADA y así bajará de forma natural su nivel de histamina. Es más, el lector debe saber que los antihistamínicos bloquean la dilatación capilar del cerebro precisamente cuando éste -en situación de deshidratación- debe computar más cantidad de información de lo normal, tal como ocurre en una situación de estrés. Además, cuando se utilizan antihistamínicos el cerebro recibe menor provisión de sangre y, por tanto, de nutrientes. Y en ese estado muchas funciones de las células cerebrales empiezan a deteriorarse. Entre ellas, el sistema de transporte de los neurotransmisores a los terminales nerviosos.

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