Los radicales libres son átomos o grupos de átomos que han perdido un electrón por lo que son muy reactivos. Estos radicales recorren nuestro organismo intentando robar un electrón de las moléculas estables, con el fin de alcanzar su estabilidad electroquímica.
Una vez que el radical libre ha conseguido robar el electrón que necesita, la molécula estable que cede se convierte a su vez en un radical libre, por quedar con un electrón desapareado, iniciándose así una verdadera reacción en cadena que destruye nuestras células; daños que se manifiestan en envejecimiento prematuro y un buen número de enfermedades graves.
¿De dónde vienen los radicales libres? Los procesos normales del organismo (el metabolismo los alimentos, la respiración y el ejercicio) producen radicales libres. Además del metabolismo celular, existen otras fuentes de radicales libres tales como los rayos ultravioletas del Sol, los escapes de los automóviles, la contaminación ambiental, los computadores, televisores y demás aparatos eléctricos.
Tal polución afecta la salud, donde los más afectados son los asmáticos, alérgicos y, en general, aquellos que padecen problemas de corazón, circulación o pulmonares, y sus efectos: irritabilidad, ansiedad, insomnio, dolor de garganta, dolor de cabeza, fatiga, comezón, visión borrosa ardor de ojos y otros trastornos.
Se estima que el ADN de cada célula es golpeado unas 10,000 veces cada día por radicales libres, con el paso de los años se van acumulando los destrozos que no pudieron ser reparados debido a ineficiencias del sistema. Los mecanismos de reparación también van disminuyendo en efectividad: por este motivo le vejez y las enfermedades se aceleran.
El radical libre tiene la capacidad de reaccionar con todo lo que esté a su alrededor provocando un gran daño a las moléculas y a las membranas celulares.
Los radicales libres toman electrones de los lípidos y las proteínas de la membrana celular que, al ser dañada, no podrá cumplir sus funciones como el intercambio de nutrientes y la limpieza de materiales de desecho, haciendo imposible el proceso de regeneración y reproducción celular
En el interior de la célula, los radicales libres atacan el DNA (material genético) que provee la matriz para la replicación celular, impidiendo a la célula su reproducción normal.
Los radicales libres contribuyen al proceso del envejecimiento cuando toman el electrón que les hace falta de las células del tejido colágeno de la piel. Como resultado la piel pierde su elasticidad y luce seca y arrugada.
Los radicales libres también pueden contribuir al crecimiento anormal de las células al perder éstas la capacidad de “reconocer” las células vecinas.
Esa proliferación sin control se produce en los tumores malignos (cáncer) Muchas enfermedades crónicas se han ligado directamente con los radicales libres, cormo la enfermedad cardiovascular, Alzheimer, accidente vascular cerebral, hepatitis, Hipertensión, artritis reumatoide, lupus, diabetes mellitus, enfermedad periodontal , colitis ulcerativa, arterosclerosis, fallo renal crónico y muchas otras
De poco valen los costosos tratamientos de belleza o para la salud, si no evitamos, primero los radicales libres.
Afortunadamente existen formas de combatir estos radicales perniciosos: - Consumir antioxidantes mediante una dieta correcta. –Consumir agua alcalina ionizada que funciona como antioxidante para el organismo neutralizando los radicales libres. –Tener el habito realizar ejercicios. -Crear un ambiente libre de polución y contaminación eléctrica en nuestros hogares o sitios de trabajo.
Los antioxidantes no eliminan en sí los radicales libres; dichas sustancias tienen la capacidad de inhibir la oxidación causada Por los radicales libres, son el “batallón” que contrarreste Los daños.
Está bien consumir antioxidantes, pero sería mucho mejor evitar que los radicales libres se produjeran para que, de esta forma, puedan cesar las hostilidades en nuestro organismo: “es mejor evitar ser atacado que tener que defenderse”
Evitar en cuanto sea posible los iones positivas (falta de electrones (—) en nuestros átomos) es la Única forma de protegernos de las enfermedades o procesos asociados a los radicales libres. Estas enfermedades son:
Envejecimiento: Peroxidación de los ácidos grasos de la membrana celular y daño del ADN. Arterosclerosis: Peroxidación de los lípidos en las partículas de LDL con daño de otros de sus componentes.
Cáncer: Daño del ADN.
Cataratas: Modificaciones irreversibles en las proteínas.
Cuadros inflamatorios Crónicos: Activación de genes relacionados con la respuesta inflamatoria, y más de sesenta enfermedades degenerativas tales como: artritis, condiciones cardiacas, problemas del sistema inmunológico y del sistema nervioso.
Las moléculas destruidas por los radicales libres se acumulan formando una sustancia o pigmento conocido como lipofuscina que obstruye el funcionamiento normal de la célula. La lipofuscina se manifiesta en forma de manchas amarillentas en diferentes partes del cuerpo, particularmente en el hígado, cerebro, y corazón. La lipofuscina es también causa Principal de las cataratas y se encuentra presente en lo que se conoce como “manchas de la vejez”
Los daños que se producen superan en mucho la capacidad de reparación del organismo, Por tanto es necesario ayudarle a nuestro cuerpo a liberarse de esas “balas atómicas” que nos destruyen sin compasión ni tregua.
¿QUE HACER PARA EVITAR LA APARICION DE LOS RADICALES LIBRES?
Evitar el consumo de carnes especialmente aquellas muy ricas en grasas monoinsaturadas. Estas provocan la aparición de radicales libres, tanto más cuando los animales son alimentados con productos adulterados. Una buena manera de evitarlos es sustituir estas carnes por cereales, frutas y verduras u hortalizas, preferentemente energizadas, que tienen antioxidantes poderosos.
Infortunadamente la fuerza de los radicales libres dentro de nuestro organismo está descontrolada y se consume haciendo daños a las células, atacando principalmente al código genético, logrando que se hagan copias deficientes que aceleran definitivamente el proceso de envejecimiento. En este momento, si no te encuentras en un ambiente completamente natural, con seguridad estas siendo atacado por iones positivos. Los radicales libres son una dramática realidad, se llaman radicales libres porque todo lo penetran.
Afortunadamente, y no obstante ser este cuadro tan real como aterrador, tenemos excelentes noticias: el consumo diario de agua alcalina ionizada con grandes poderes antioxidantes, que se encargan de neutralizar constantemente a los radicales libres, devolviéndole al organismo un equilibrio y máximo poder vital..
Una vez que el radical libre ha conseguido robar el electrón que necesita, la molécula estable que cede se convierte a su vez en un radical libre, por quedar con un electrón desapareado, iniciándose así una verdadera reacción en cadena que destruye nuestras células; daños que se manifiestan en envejecimiento prematuro y un buen número de enfermedades graves.
¿De dónde vienen los radicales libres? Los procesos normales del organismo (el metabolismo los alimentos, la respiración y el ejercicio) producen radicales libres. Además del metabolismo celular, existen otras fuentes de radicales libres tales como los rayos ultravioletas del Sol, los escapes de los automóviles, la contaminación ambiental, los computadores, televisores y demás aparatos eléctricos.
Tal polución afecta la salud, donde los más afectados son los asmáticos, alérgicos y, en general, aquellos que padecen problemas de corazón, circulación o pulmonares, y sus efectos: irritabilidad, ansiedad, insomnio, dolor de garganta, dolor de cabeza, fatiga, comezón, visión borrosa ardor de ojos y otros trastornos.
Se estima que el ADN de cada célula es golpeado unas 10,000 veces cada día por radicales libres, con el paso de los años se van acumulando los destrozos que no pudieron ser reparados debido a ineficiencias del sistema. Los mecanismos de reparación también van disminuyendo en efectividad: por este motivo le vejez y las enfermedades se aceleran.
El radical libre tiene la capacidad de reaccionar con todo lo que esté a su alrededor provocando un gran daño a las moléculas y a las membranas celulares.
Los radicales libres toman electrones de los lípidos y las proteínas de la membrana celular que, al ser dañada, no podrá cumplir sus funciones como el intercambio de nutrientes y la limpieza de materiales de desecho, haciendo imposible el proceso de regeneración y reproducción celular
En el interior de la célula, los radicales libres atacan el DNA (material genético) que provee la matriz para la replicación celular, impidiendo a la célula su reproducción normal.
Los radicales libres contribuyen al proceso del envejecimiento cuando toman el electrón que les hace falta de las células del tejido colágeno de la piel. Como resultado la piel pierde su elasticidad y luce seca y arrugada.
Los radicales libres también pueden contribuir al crecimiento anormal de las células al perder éstas la capacidad de “reconocer” las células vecinas.
Esa proliferación sin control se produce en los tumores malignos (cáncer) Muchas enfermedades crónicas se han ligado directamente con los radicales libres, cormo la enfermedad cardiovascular, Alzheimer, accidente vascular cerebral, hepatitis, Hipertensión, artritis reumatoide, lupus, diabetes mellitus, enfermedad periodontal , colitis ulcerativa, arterosclerosis, fallo renal crónico y muchas otras
De poco valen los costosos tratamientos de belleza o para la salud, si no evitamos, primero los radicales libres.
Afortunadamente existen formas de combatir estos radicales perniciosos: - Consumir antioxidantes mediante una dieta correcta. –Consumir agua alcalina ionizada que funciona como antioxidante para el organismo neutralizando los radicales libres. –Tener el habito realizar ejercicios. -Crear un ambiente libre de polución y contaminación eléctrica en nuestros hogares o sitios de trabajo.
Los antioxidantes no eliminan en sí los radicales libres; dichas sustancias tienen la capacidad de inhibir la oxidación causada Por los radicales libres, son el “batallón” que contrarreste Los daños.
Está bien consumir antioxidantes, pero sería mucho mejor evitar que los radicales libres se produjeran para que, de esta forma, puedan cesar las hostilidades en nuestro organismo: “es mejor evitar ser atacado que tener que defenderse”
Evitar en cuanto sea posible los iones positivas (falta de electrones (—) en nuestros átomos) es la Única forma de protegernos de las enfermedades o procesos asociados a los radicales libres. Estas enfermedades son:
Envejecimiento: Peroxidación de los ácidos grasos de la membrana celular y daño del ADN. Arterosclerosis: Peroxidación de los lípidos en las partículas de LDL con daño de otros de sus componentes.
Cáncer: Daño del ADN.
Cataratas: Modificaciones irreversibles en las proteínas.
Cuadros inflamatorios Crónicos: Activación de genes relacionados con la respuesta inflamatoria, y más de sesenta enfermedades degenerativas tales como: artritis, condiciones cardiacas, problemas del sistema inmunológico y del sistema nervioso.
Las moléculas destruidas por los radicales libres se acumulan formando una sustancia o pigmento conocido como lipofuscina que obstruye el funcionamiento normal de la célula. La lipofuscina se manifiesta en forma de manchas amarillentas en diferentes partes del cuerpo, particularmente en el hígado, cerebro, y corazón. La lipofuscina es también causa Principal de las cataratas y se encuentra presente en lo que se conoce como “manchas de la vejez”
Los daños que se producen superan en mucho la capacidad de reparación del organismo, Por tanto es necesario ayudarle a nuestro cuerpo a liberarse de esas “balas atómicas” que nos destruyen sin compasión ni tregua.
¿QUE HACER PARA EVITAR LA APARICION DE LOS RADICALES LIBRES?
Evitar el consumo de carnes especialmente aquellas muy ricas en grasas monoinsaturadas. Estas provocan la aparición de radicales libres, tanto más cuando los animales son alimentados con productos adulterados. Una buena manera de evitarlos es sustituir estas carnes por cereales, frutas y verduras u hortalizas, preferentemente energizadas, que tienen antioxidantes poderosos.
Infortunadamente la fuerza de los radicales libres dentro de nuestro organismo está descontrolada y se consume haciendo daños a las células, atacando principalmente al código genético, logrando que se hagan copias deficientes que aceleran definitivamente el proceso de envejecimiento. En este momento, si no te encuentras en un ambiente completamente natural, con seguridad estas siendo atacado por iones positivos. Los radicales libres son una dramática realidad, se llaman radicales libres porque todo lo penetran.
Afortunadamente, y no obstante ser este cuadro tan real como aterrador, tenemos excelentes noticias: el consumo diario de agua alcalina ionizada con grandes poderes antioxidantes, que se encargan de neutralizar constantemente a los radicales libres, devolviéndole al organismo un equilibrio y máximo poder vital..
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